AILOVENY GÜATS

Ailoveny Güats

«La gran ausente de los discursos de la última década es la chica que se comporta mal, la chica que chupa pollas, la chica fácil, la chica que quiere mucho sexo, la chica calentona.»

Virginie Despentes.

Podemos distinguir entre dos tipos de obras que a su vez se corresponden con dos tipos de creadoras, o, si se prefiere, dos tipos de creadoras que generan sendos tipos de obras. En el primer tipo se integran las creadoras y las obras que vienen a corroborar los valores dominantes de la sociedad en la cual se insertan. En el segundo tipo encontramos las creadoras y las obras que vienen a dinamitar esos valores. Las primeras son constructivas y las segundas, pulverizadoras.

Ailoveny Güats, obra y autora, pertenecen, por suerte para nosotras y para la literatura, al segundo tipo. Nuestra protagonista dispone de una moral que va mucho más allá de la moral refrendada y refrendadora. Se trata de una ramerita, o una Gran Ramera, que demuele el edificio social basado en la normalización de la figura de la puta, ramerita o Gran Ramera (según el humor de la personaje). Nuestra protagonista descoyunta los listones del marco en que nuestra sociedad prostituyente (usando un neologismo de la filósofa María Galindo) ha confinado a la puta, incluyendo aquí los espacios con supuesta vocación emancipadora de la prostitución abrazados por la izquierda, sea esta institucional o asamblearia.

¡¡¡ABAJO EL TRABAJO!!! ¡¡¡QUE VIVAN LAS PUTAS!!!